Hiperrealismo: Pasión por el detalle

oda obra de arte contiene un carácter inherente al amor, naturalmente producto de la vehemencia, profesión y dedicación del artista hacia su labor.
   Si bien el hiperrealismo es representativamente visual en gran parte, para mi es trascendente más allá de su logro o cometído estético. No se trata de lograr un concreto resultado, fijando términos que alcancen una analogía física y material de la realidad. Más allá de que en la obra sean aplicados conocimientos compositivos de gran objetividad (perspectivas, proporciones, matemáticas), la constitución de la misma posee indivisiblemente como génesis la sensibilidad, la valoración, apreciación y asombro por cada singular e ínfimo detalle natural del entorno circundante y el grado de captación que se adopte hacia ello. El espectador no debe contemplar la realidad a traves de los ojos del artista, sino de como lo vé e interpreta su corazón.
   En estas breves líneas, y a través de mis obras, expongo mi apertura de una manera sensible y analíticamente compleja que puede resultar este acto de creación, en el cual ambos ojo y corazón son los intérpretes de la belleza en todas las cosas.